Carapella, Tommaso

Organista y compositor

Italiano Barroco tardío

Cerreto Sannita, Benevento, Campania, 1653/54 - †Nápoles, 20 de septiembre de1736

De sus estudios musicales no hay huellas, tal vez fue alumno del Conservatorio de Sante Maria di Loreto, en Nápoles.

Conservatorio Santa Maria di Loreto, Nápoles

Desde 1679 a 1681 fue quizás organista de la Iglesia de la Anunciación y la Santísima Trinidad de los Peregrinos, posteriormente director de coro en la iglesia de Monteoliveto y de Santa Anna dei Lombardi en Nápoles. En 1705 la Congregación de Santa Catalina en Celano le encargó un oratorio en honor a su patrono: "Il trionfo della castità per opera del glorioso S. Nicolò vescovo di Mira", interpretado el 6 de diciembre de ese año y repetido en la misma fecha en 1709. La fama adquirida lo elevó al rango de músico oficial de algunas de las familias más ilustres de Nápoles, los Spinelli, los Pignatelli, los Carafa, protectores, estos últimos, también de Alessandro Scarlatti. Así en 1714, Carapella escribió la serenata "Peleo e Teti" para la boda del Príncipe de Scalea con la duquesa de Monteleone; en 1723 compuso la música fúnebre, interpretada en la Iglesia de los Peregrinos, por la muerte de Giovanna Pignatelli di Monteleone, y, al año siguiente, para el funeral de Teresa Colonna Carafa, duquesa de Maddaloni.

Siempre en 1724 Marzio Domenico Caraffa le encargó la música para la fiesta de la Virgen de los Dolores, ejecutada el 3 de septiembre de ese año en la iglesia de Santa María Ognibene, para la ceremonia de los votos monásticos de su hermana Emilia Carafa. A esta serie de obras de circunstancia hay que añadir la serenata "Il genio austriaco" para dos sopranos, contralto y bajo continuo, realizada después de 1716 en el palacio del Conde dell'Acerra, Alfonso de Cardines, para solemnizar el aniversario del nacimiento de Carlo VI de Habsburgo, así como algo de música religiosa (cantatas y dramas sacros). Los coros para la tragedia “Domiziano” del Duque Annibale Marchese, publicados en el segundo volumen de las tragedias cristianas en 1729, lo acerca a maestros tales como Durante, Leo y Mancini. Después de la publicación de una colección de "Canzoni a due voci", Nápoles, 1729 Carapella, que no era casado ni tenía parientes ('hijo de NN' lo define el acta de muerte), se retiró al monasterio de Monteoliveto, donde murió en 1736.

Encantó a la ciudad de Nápoles con sus composiciones que, aunque en el estilo antiguo, escritas en el madrigalesco italiano, unían energía con sabor y sentimiento. No se sabe quién fue su maestro, pero sus composiciones obtuvieron la aprobación de los eruditos, tanto en teoría como en práctica de la música. Las sólidas doctrinas y puros principios que habían presidido la fundación de la escuela napolitana, bajo cuyos auspicios habían sido producidos sus numerosos grandes trabajos, reavivados bajo la pluma de CarapelIa, o más bien, él fue uno de sus mayores defensores religiosos, y se esforzó para prevenir la difusión del mal gusto o las doctrinas falsas, y la destrucción de los sagrados y venerados vestigios de la antigua simplicidad. En el momento en que terminó sus estudios los himnos y cantatas disfrutaban grandemente del favor de la nación, y compuso principalmente en este estilo. Todavía se canta uno de sus himnos religiosos en Nápoles, en la fiesta de Santa Francesca Romana. Carapella puso después en música, con gran éxito, la ópera titulada "Massimi". Después de haber tenido éxito sucesiva e igualmente tanto en estilos sagrados como profanos, y tomado posición entre los mejores maestros de su escuela y de Italia, publicó una colección de sus himnos y cantatas para dos voces, distinguida por su perfección en melodía; una obra que lo recomienda a la estima de la posteridad, aun cuando no es su único mérito para merecer honorable recuerdo.

Aunque su actividad se desarrolló hasta el segundo cuarto del siglo XVIII (las "Canzoni a due voci" salieron de hecho en 1729 cuando, llegando ya al ocaso los representantes de la generación post Scarlatti, florecían los exponentes del estilo pre galante, Leonardo Vinci, Leonardo Leo, Johann Adolph Hasse, Giovanni Battista Pergolesi), él se mostró fiel hasta el final al mundo estilístico de la cultura musical barroca. El respeto y la reputación que tenía en su época se evidencian en el recuerdo de Carapella por parte de Benedetto Marcello en su "Estro Poetico Armonico”, por el Padre Martini, quien en su Historia de la música alaba sus madrigales, y del Marqués de Villarosa en sus memorias. De este modo se puede entender cómo los  contemporáneos lo veían con el destacado respeto con que consideraban a Alessandro Scarlatti. Para Carapella el uso sistemático de los artificios de estricto contrapunto, antes que un despliegue de ciencia, deben considerarse una verdadera y sentida necesidad expresiva, impulsados por el gusto sutil por una forma claramente construida y organizada de acuerdo a los parámetros de una ilustre tradición.

Desaparecida pronto de la práctica musical de la época, la música de Carapella siguió siendo vital, por sus cualidades de claridad y equilibrio, en la tradición educativa del siglo XVIII, italiana y europea. La música religiosa, que debió constituir el grueso de la obra de Carapella, está hoy en día desaparecida casi por completo: además de un "Confiteor Deo, per voce sola e basso continuo" se conserva un "Miserere a quattro voci per coro a cappella". También existe "Il peccato", cantata sacra para soprano, alto y bajo continuo. Actualmente es imposible de rastrear el oratorio "Battaglia spirituale" que Villarosa mencionaba en la Biblioteca dei filippini de Nápoles.

"Miserere" - Versión digital