Fue maestro de coro de la Catedral de Huesca desde el 7 de junio de 1659, sucediendo a Babán, hasta el 15 de noviembre de 1667. Dos días después fue nombrado en un puesto similar en la catedral de Barcelona, sucediendo a  Albareda.

En noviembre de 1667 fue candidato para el puesto de maestro de capilla del Real Colegio del Corpus Christi, Valencia, pero no lo obtuvo, y en  octubre de 1679 formó parte del jurado que juzgó la competencia para el puesto de organista de Santa María del Mar, Barcelona. Desapareció de la catedral de Barcelona en febrero de 1682, y el capítulo se vio obligado a presumir que había muerto.

Gargallo tuvo muchos alumnos. Sus obras sobrevivientes, todas sacras, muestran que era un compositor talentoso, con una técnica legítima y una personalidad fuerte.

Puede haber estado emparentado con José Gargallo (nacido en Morella, 1702; muerto después de 1734), quién sirvió en la Catedral de Valencia hasta 1731 y luego en la Catedral de Albarracín, o con Francisco Gargallo, sacerdote prebendado y maestro de capilla de Santa María la Mayor, Morella, en el siglo XVIII. Otro José Gargallo (1744-1794) era un músico en la catedral de La Seo, Zaragoza, y luego, desde 1776, maestro de capilla de la catedtral de León.