Era un monje en la abadía benedictina Neresheim, cerca de Dillingen. A diferencia de la mayoría de los compositores monásticos alemanes de comienzos del siglo XVIII, parece haber tenido una carrera eclesiástica y musical bastante exitosa, habiendo sido canciller del obispo de Chur. 

Su única publicación conocida, “Jubileus curiae caelestis” (Augsburgo, 1731), contiene siete misas para cuatro voces, dos violines y órgano, y es típica de la música de iglesia a pequeña escala para los coros parroquiales de la época.

Kirchbauer fue uno de los primeros compositores en seguir la dirección dada por Valentin Rathgeber para escribir música simple, melodiosa para las iglesias ordinarias.

Esta publicación es excepcional porque no parece haber incluido las partes  de trompeta  y tambor opcionales  proporcionadas con la mayoría de las publicaciones, pero debe haber sido popular puesto que fue reimpresa en 1740 (según FétisB), una distinción que recibieron pocas publicaciones litúrgicas.