Martini, Giovanni Battista (Giambattista)

Sacerdote franciscano, compositor, maestro y escritor sobre temas musicales

Italiano Barroco tardío

Bolonia, 24 de abril de 1706 - † Bolonia, 3 de agosto de 1784

Giovanni Battista Martini

Hijo de Antonio Maria Martini y Domenica Maria Felici; la familia tenía orígenes lombardos: su abuelo Carlo Giovanni (1654-1738) nació en Tondello, una pequeña aldea de Perledo hoy en la provincia de Lecco, con sujeción a la diócesis de Milán; a una edad temprana se había instalado en Bolonia, donde dirigió un taller de calzado.

Para su formación, Martini fue confiado al cuidado de Giambattista Croci, que lo inició en la aritmética y la gramática; la instrucción religiosa en cambio correspondió a la Congregación del Oratorio de San Filippo Neri, con sede en Santa Maria di Galliera. De su padre aprendió el arte del violín, el cello y los elementos de la música, al igual que su hermano mayor Giuseppe, que se distinguió como un violonchelista experto, sirviendo en la capilla de música de San Petronio desde 1727 hasta 1778. Martini se perfeccionó en canto bajo la guía de Francesco Antonio Pistocchi; finalmente estudió con tres eminentes maestros, recordados con afecto en las páginas de su "Esemplare": clavicordio con Angelo Predieri, más tarde composición y contrapunto con Giacomo Antonio Perti y canto con el castrato Giovanni Antonio Riccieri.

El Padre Martini

El 20 de enero de 1721 Martini pidió ser admitido en el convento boloñés de San Francisco; el 8 de septiembre de ese año tomó el hábito religioso y fue enviado a Lugo para el noviciado, donde permaneció hasta el 11 de spetiembre de 1722, cuando profesó los votos y regresó a Bolonia. El 19 de diciembre siguiente se le asignaron 4 paoli al mes, en atención a la bondad y los méritos del servicio prestado con su música; la asignación de maestro di cappella en la iglesia de San Francisco se le otorgó en 1725, sin embargo, después de la muerte de su predecesor pro tempore F. Gridi (el decreto de nombramiento, sin embargo, lleva fecha 3 de diciembre de 1727). Tomó las órdenes menores y obtenida la dispensa 'super defectu aetatis', el 24 de febrero de 1729 fue ordenado sacerdote. La vida de Martini se desarrolló casi en su totalidad en Bolonia; de hecho, se alejó de ella en unos pocos casos, en que fue llamado para dirigir sus propias composiciones. Desde su convento abarcaba todo el entorno musical: sabía de la existencia de Johann Sebastian Bach, se carteaba con Jean-Philippe Rameau, Giuseppe Tartini, Johan Joachim Quantz y Andrè Grétry entre otros.

En 1747 se trasladó a Roma para el Capítulo General de la Orden conventual, donde fue elegido ministro franciscano el conciudadano C. Calvi. Volvió seis años más tarde para celebrar en la basílica de los Santos Apóstoles funciones solemnes en la fiesta de los santos Filippo y Santiago (1 de mayo) y del triduo en honor de Giuseppe da Cupertino (del 6 al 8 de mayo); parece que en ese año el papa Benedetto XIV pensaba designarlo como el sucesor de Nicolo Jommelli en la capilla de San Pedro: para rechazar la invitación, Martini adujo razones de salud que, según él, lo ataban a Bolonia. En mayo de 1754 fue a Osimo para celebrar nuevamente al beato Giuseppe, enterrado en la basílica franciscana; cinco años más tarde fue finalmente a Florencia, Pisa y Siena.

Poco tiempo después, en diciembre de 1758 se unió a la Academia del Instituto de Ciencias y a la Academia Filarmónica de Bolonia -aunque la práctica nunca antes había admitido allí religiosos regulares-, convirtiéndose también tres años más tarde en 'definidor perpetuo' (es decir, árbitro en asuntos musicales); sin embargo, la asociación tuvo término en 1781, cuando Martini presentó su renuncia. En 1776 fue recibido en Arcadia, donde tomó el nombre de Aristosseno Anfioneo. Desde 1780, finalmente, figuró también en los almanaques de la corte de Módena entre los académicos filarmónicos ducales.

Edición discográfica de obras de Giovanni Battista Martini

El Padre Martini es una de las figuras más famosas de la música del siglo XVIII. Sus voluminosas composiciones se dedican particularmente a los géneros contemporáneos (algunos profanos) y a música al stile antico (el viejo estilo "alla Palestrina") así como otras obras en un actual estilo galant. Entre sus escritos destaca un importante libro sobre contrapunto y una “Storia della Musica” (tres tomos aparecidos entre 1757 y 1781) in acabada, así como unas 6.000 cartas de inmenso interés para los historiadores de la música. Fue un cotizado maestro, contándose entre sus alumnos Johann Christian Bach, André Grétry, Nicolò Jommelli, Wolfgang Amadeus Mozart y otros grandes compositores del siglo XVIII. Encargó al maestro de capilla de la corte arzobispal de Fulda, Johann Baptist Pauli, diversas obras de Bach a quien tenía por el más reputado organista del mundo. Uno de sus aventajados alumnos fue Joseph Schuster (1748-1812), maestro de capilla en Dresde y especialista en fortepiano: cultivó la música, especialmente la de Mozart, a quien conoció en su viaje de marzo de 1770; en su compañía éste hizo varios estudios de fugas, fue su huésped nuevamente en octubre: en este caso le regaló a los Mozart su “Historia de la Música”. Ese mismo mes, el día 12 de octubre, prestó su ayuda al joven Mozart para su examen de ingreso en la Academia Filarmónica. Aunque lejos, Mozart jamás le olvidó ni dejó de escribirle: de este modo el día 4 de septiembre de 1776, Martini recibió de Mozart el ofertorio “Misericordias Domini” KV205 a 222, quien se pronunció sobre ella de modo laudatorio. Leopold Mozart, también íntimo amigo suyo, le remitió el retrato de su hijo con la Espuela de Oro (22 de diciembre de 1777). Mozart reconoció siempre la valía de la música del Padre Martini: de este modo copió para sí, por considerarlos muy interesantes, dos cánones (KV Anh. A 32 y 33).

La vida solitaria y el carácter tímido y reservado, que inspiraban no sólo respeto sino también simpatía por la sencillez de sus costumbres e innata jovialidad, bondad y filantropía, no impidieron a Martini convertirse en un 'auctoritas indiscussa', admirado por su cultura y sus conocimientos: su doctrina, adquirida en la actividad historiador, profesor y compositor, fue un ejemplo para muchos que en diversos países de Europa se dirigieron a él para resolver conflictos, para perfeccionar la técnica musical y comparar el conocimiento. Muchos fueron los que hicieron una parada en Bolonia para conocerlo o para escuchar sus composiciones: entre otros, el historiador británico Charles Burney que, a principios de los años setenta, se quedó en la ciudad emiliana durante uno de sus 'viajes musicales' por el continente.

Muchas fueron las circunstancias en las que se solicitó su opinión. El caso más conocido, sin duda se refiere a la controversia que, a fines de los años setenta, todavía inflamaba a los intelectuales y músicos parisinos: los partidarios de Christian Willibald Gluck y los de Nicolo Piccinni vieron en Martini un juez imparcial, y fue llamado por ambos para la causa a pesar de los recelos que muchas veces tuvo que demostrar. Martini participó personalmente en algunas contiendas musicales, a partir de septiembre de 1732 cuando resolvió -en contradicción con el maestro de la Capilla de la Santa Casa de Loreto, T. Redi- el canon 'Sancta Maria, ora pro nobis', tradicionalmente atribuido a Giovanni Animuccia (pero de Orlando di Lasso) representado en una pintura de la capilla de Loreto (ahora en el Museo de la Santa Casa); una de las últimas en orden de tiempo lo vio oponerse al teórico A. Eximeno. También fue llamado a evaluar las pruebas de examen para los puestos de maestro di cappella en las iglesias e instituciones musicales italianas: en 1745 asstió a Giacomo Antonio Perti en la competencia para la Capilla Real de Nápoles; en 1747 fue interpelado por la catedral de Milán; en 1760 por San Petronio en Bolonia; en 1762 por la iglesia milanesa de Santa Maria della Scala; en 1779 de nuevo por la catedral lombarda.

El conocimiento y las cualidades humanas de Martini se conjugaban de manera ejemplar en la enseñanza, que desarrolló durante casi diez décadas en el convento boloñés. Al lado de Jommelli, J. Ch. Bach y W. A. Mozart, fueron alumnos de Martini muchos otros músicos procedentes de diversos países europeos. Por estas actividades Martini no recibía compensación; de ahí el agradecimiento de los estudiantes, que a menudo se mantenían en contacto con el maestro, incluso después de haber terminado su período de estudios regulares. Murió en Bolonia a los 78 años de edad. El funeral se celebró en la Basílica de su convento, donde Martini fue enterrado en la tumba de los padres maestros; según las crónicas de la época, la celebración fue un verdadero evento social. Gracias al alumno L. A. Sabbatini, el 24 de noviembre Martini también fue recordado con ceremonias públicas solemnes en la basílica romana de los SS. Apostoli, y el 2 de diciembre, la Academia Filarmónica de Bolonia celebró su sufragio en la iglesia de San Giovanni in Monte.

El catálogo de los escritos de Martini incluye numerosas obras de interés histórico y teórico. El texto que siempre ha vinculado su reputación como erudito es la "Storia della musica" (I, Bolonia, 1757 [pero 1759], con una dedicatoria a María Bárbara de Braganza, esposa del rey Fernando VI de España: a partir de esta obra, Martini firmó un contrato de impresión exclusiva con la editorial Dalla Volpe; II, idem, 1770, dedicada a Carlo Teodoro de Baviera, III, idem, 1781, dedicada a Fernando I de Borbón duque de Parma)... De acuerdo con el proyecto inicial, el tratado debería repartirse en cinco volúmenes, desde la música hebrea a la música figurada; el proyecto no vio, sin embargo, una realización completa: la publicación fue interrumpida por la muerte de Martini: del tomo IV quedan sólo bocetos, dedicados a la música etrusca y romana, a la música litúrgica y el nacimiento y el desarrollo del contrapunto hasta el comienzo del siglo XV.

En su historia, Martini opone a un ideal moderno dela música entendida como solamente placer sensible, la firme convicción de que la música es una herramienta poderosa para la educación del espíritu y de terapia del alma, y en su accionar sobre las pasiones induce al hombre a la virtud y al amor de Dios.El predominio de la invención (es decir, de la creatividad subjetiva) sobre la armonía ha distorsionado la esencia de la música y la ha privado de sus efectos pedagógicos y terapéuticos, haciéndola un arte que tiene como único propósito el placer.

La actividad de teórico desarrollada por Martini aparece en términos bastante plásticos en el "Esemplare, o sia Saggio fondamentale pratico di contrappunto", en dos volúmenes, dedicados respectivamente al contrapunto sobre canto fermo y fugato (Bolonia, 1774 y 1775-76), concebidos para el propósito de ilustrar las competencias necesarias para ser acogido en la Academia Filarmónica, después que la entrada en vigor de las nuevas leyes de 1773, promovidas por el propio Martini, habían hecho la prueba de examen más compleja y selectiva. La peculiaridad del "Esemplare..." respecto de otros textos coetáneos sobre el contrapunto es evidente desde el título: nos enfrentamos a un manual que sostiene a través de ejemplos, prefiriéndolos a una árida exposición de preceptos y fórmulas; los dos tomos presentan de hecho una antología razonada de composiciones, principalmente procedentes de las obras de los maestros de la polifonía renacentista (entre ellos C. Porta y G. Pierluigi da Palestrina).

Sobre los requisitos necesarios para el beun compositor Martini ya se había pronunciado en su primer texto teórico impreso, los "Attestati in difesa del signor d. Jacopo Antonio Arrighi" (Bolonia, 1746), un breve escrito apologético en favor del maestro di cappella de la catedral de Cremona. De esos años data presumiblemente también la "Regola agli organisti per accompagnare il canto fermo", una hoja suelta de grandes dimensiones, grabada en cobre, que contiene las fórmulas para versos que se alternan con las estrofas de las pleegarias litúrgicas entonadas, y destinada a ser colocada en el atril de los órganos como ayuda a los ejecutantes con menos experiencia.

El impresionante catálogo de música de Martini, en su mayoría compuesto para la basílica de San Francisco y en gran parte conservado en manuscrito, se ha estimado en más de 700 piezas sacras (entre las misas, partes de misas, piezas para los oficios y motetes concertados o a cappella), además de un millar de cánones, solfeos para una sola voz y para más voces (con y sin instrumentos), 32 cantatas, 22 arias y varios duetos y tríos, cinco interludios ("Il maestro di musica", acción teatral, 1726; "Dirindina", libreto de G. Gigli, 1737; "L’impresario delle Canarie", libreto de P. Metastasio, 1744; "Don Chisciotte", 1746) y otra música incidental, 5 oratorios ("L’assunzione di Salomone al trono d’Israelle", libreto de G. Melani, Bolonia, Oratorio de S. Filippo Neri, 1734; dos redacciones distintas de "San Pietro", libreto de N. Coluzzi, 1738 y 1739; así como bocetos del "Sacrificio di Abramo", y "La deposizione dalla croce", de los cuales no existe la música), más de un centenar de sonatas para clave, 24 sinfonías, una docena de conciertos, y mucha otra música instrumental.

En el espacio de un sólo lustro Martini hizo imprimir sus dos únicas colecciones instrumentales: las "12 Sonate d’intavolatura per l’organo, e ’l cembalo" (Amsterdam, 1742, dedica al conde C. Pepoli) y las "6 Sonate per l’organo e il cembalo" (Bolonia, 1747, dedicada a monseñor G. Molinari), propuesta en un primer tiempo en un número igual a la colección anterior. Para obtener más respuesta por parte del público, en la segunda colección Martini privilegió la brevedad y se atuvo a un estilo más moderno y más fácil, renunciando a la muy densa escritura de las primeras 12 sonatas, que combinan la elegancia y la tradición contrapuntística.

Su legado más notable, cuyo valor va mucho más allá del mero interés documental, está representado por su rica colección de libros, que ya en el siglo XVIII despertaba la admiración de muchos. Si se lee la entusiasta descripción de Burney, según el cual los manuscritos de Martini 'ocupan solos toda una habitación; otras dos salas albergan los libros impresos, de los cuales posee todas las ediciones disponibles; una cuarta está dedicada a los libros de música práctica, de la cual conserva una prodigiosa cantidad de manuscritos. Se puede calcular que su colección llega a los 17.000 volúmenes, y todavía está aumentando con nuevos llegados de todas partes del mundo'.

En 1750 obtuvo de Benedicto XIV que a su muerte la colección de la biblioteca fuera conservada en su totalidad; en 1784 fue confiada así al cuidado de Stanislao Mattei, que logró protegerla durante los sucesos revolucionarios y el dominio napoleónico, y de la confiscación de benes que siguió a la supresión de las órdenes religiosas, antes de que en 1827 se fuera a constituir el primer núcleo de la Biblioteca del Liceo Filarmónico.

No menos importante que la biblioteca, y de hecho totalmente complementaria, era la galería de retratos de músicos. En 1773 la colección comprendía más de 80 pinturas; sólo 11 años después, a la muerte de Martini, Mattei podía afirmar con orgullo que la colección había alcanzado el importante logro de aproximadamente 300 lienzos. Su vasta biblioteca fue la base para el actual Museo Bibliográfico Musical de Bolonia, en el que se conserva su colección de retratos de músicos.

"Toccata per l'Offertorio all'Elevazione Finale" - Órgano: Guido Ferrari