Rusca, Claudia Francesca

Organista, cantante y compositora

Italiana Barroco temprano

Milán, 1593 - †Brera, Milán, 6 de octubre de 1676

Sobre los orígenes de Sor Claudia Francesca Rusca permanece la duda, pues no se ha encontrado su fe de bautismo. El apellido Rusca es común en todo el norte  de la Lombardia, pero sobre todo  en la región del Canton Ticino

Monasterio delle Umiliate de Santa Caterina, Brera

Nos puede ayudar a rastrear los orígenes de la Rusca su hermano Antonio, que también tenía vínculos estrechos epistolares con Federico Borromeo. El 11 de febrero de 1631, fue nombrado teólogo de la catedral metropolitana de Milán a la edad de 33 años, por lo que su nacimiento se remonta a 1598, también se convirtió en vicario de las monjas del Monasterio de Santa Caterina. Su relación con sus hermanas (otra Rusca aparece en el monasterio, una tal Antonia Lucía) tenía que ser muy estrecho, puesto que operaban en la misma ciudad. En su tratado “De origine et statu demonorum” aparece como ‘Antonio Rusca mediolanensis’, haciendo ver que la familia era de origen milanés.

Es evidente que sus padres la hicieron estudiar música y que ya desde joven practicaba la composición; esta virtud le sirvió para ser admirada y respetada, pero también para unirse al monasterio delle Umiliate de Santa Caterina en Brera, Milán, a practicar el arte de enseñar. Puesto que ingresó cuando ya conocía su trabajo, es fácil suponer que la entrada se realizó cuando ya era mayor de edad. Se supone entonces que se unió al monasterio alrededor de los años 1618-1620.

A la edad de 24 años, la Rusca tuvo la oportunidad de perfeccionar su arte compositivo y después de la investidura pudo empezar a trabajar en su proyecto de la colección de “Sacri concerti à 1–5 con salmi e canzoni francesi”, que terminó hacia fines de los años 1620 con la publicación el 30 de enero de 1630. La obra fue escrita para el uso en el monasterio e instituciones femeninas similares. 

Era una mujer capacitada en las cuentas y con buena memoria, requisitos fundamentales en el arte de la composición (las reglas del contrapunto requieren gran destreza en los números y buena memoria). No participaba en todos los oficios sólo por su compromiso con la enseñanza, pero ocupó muchos puestos de trabajo como monja: desde la conserjería hasta como maestra de las novicias. Evidentemente, era de constitución débil, ya que no podía levantarse por la noche para el ‘mattutino’. Varias veces fue nominada para ser superiora, pero no se sabe la razón del rechazo o la ausencia de "promoción". El 1 de octubre de 1676 sufrió un accidente cerebro vascular, y unos días después, el 6 de octubre, Domingo del Rosario, murió a los 83 años.

Como ya se ha dicho antes, nuestra monja tenía una hermana y un hermano. De Antonia Lucía no tenemos ninguna información, en cambio de Antonio se sabe que ocupó varias posiciones importantes en la ciudad de Milán. Sólo por la voluntad de los hermanos, la música de la Rusca se publicó el 30 de enero de 1630, en un período no especialmente favorable por la propagación de la peste. Tal vez gracias a la poderosa posición de su hermano, la colección de "Sacri concerti” pronto encontró un lugar en la Biblioteca Ambrosiana, lo que permitió su supervivencia. La colección fue publicada por el editor Giorgio Rolla.

La edición original del 30 de enero de 1630 de los "Sacri concerti” de sor Claudia Francesca Rusca ha llegado hasta nosotros por una serie de coincidencias fortuitas. Las músicas de la  monja se conservaron inmediatamente en la Biblioteca Ambrosiana y permanecieron allí, probablemente nunca vistas, hasta la tercera década del siglo XX, cuando un joven músico de Ticino, Walter Jesinghaus, decidió estudiarlas. El músico del Tesino, impulsado por el deseo de dar mayor dignidad a la cultura musical del Cantón y convencido de que la monja podría ser de origen suizo en vista de la proliferación del nombre en Locarno y Lugano, decidió fotografiar toda la edición y exponerla en una exposición de Arte en el Castillo de Locarno en 1938.

El sabio Jesinghaus nunca hubiera sospechado que durante la noche entre el 15 y 16 de agosto de 1943, Milán se vio afectada por los bombardeos anglo-americanos en plena Segunda Guerra Mundial, y que un ala de la biblioteca Ambrosiana fue destruida y convertidos en cenizas más de 55.000 libros antiguos. Estos incluían, además de los libretos de óperas de Verdi, Bellini, y grandes obras maestras del Renacimiento, la edición de  Claudia Rusca.

Mottetto a 8 concertato "Omnes gentes"