Desde una posición como organista en Sigüenza fue elegido organista de la catedral de Toledo en 1677; asumió el cargo el 19 de julio de 1678 y lo mantuvo hasta su muerte. Entre sus funciones estaba el mantenimiento del órgano. Sólo dos de sus obras son conocidas en la actualidad, una pieza de órgano del tipo tiento y una obra vocal, "Adjuva nos, Deus" (1782).

La primera, una pieza larga en dos secciones titulada "Obra 1er tono", utiliza los registros divididos típicos de la música española de órgano; el tema se transforma rítmicamente y es tratado en imitación pareada entre las dos manos.

Esta última obra, para cuatro voces a capella, es en el stile antico. Un inventario de la Catedral de Toledo de 1793, que se conserva entre los papeles Barbieri, incluye varias obras vocales de ocho partes de Solana, que al parecer ya no existen.