Basile, Andreana (Andriana), llamada 'la bella Adriana'

Cantante, instrumentista y compositora

Italiana Barroco temprano

Posillipo, cerca de Nápoles 1580–83 - †Nápoles?, después de 1642

Palacio Ducal, Mantua

Inciertas son las noticias sobre su familia y sus primeros años y se deben sobre todo a las evocaciones literarias de su hermano Giovan Battista. Andreana oscureció la fama, en las dos primeras décadas del siglo XVII, de todos los otros famosos "virtuosos". Los testimonios de su gran atractivo físico y su rara habilidad en el canto son fácilmente detectables en un coro de alabanzas que elevaron príncipes mecenas, amantes de la música, nobles, compositores, escritores, etc. Desde Nápoles, donde obtuvo sus primeros éxitos artísticos, la fama de Andreana, que también era hábil intérprete de diferentes instrumentos, fue más allá de los límites de la tierra en que nació y en la que se unió en matrimonio con Muzio Baroni, un caballero calabrés que estaba al servicio de Luigi Carafa, príncipe de Stigliano y ella era empleada de la esposa de Carafa, Isabella Gonzaga. Hermana de Giovanni Battista Basile, poeta, escritor y libretista y de Lelio Basile, compositor y poeta. Fue la madre de Leonora Baroni. Puede haber sido cantante en la casa del Duque Luigi Carafa, de Traetto entre 1609 y 1610, cuando el Duque de Mantua, Vincenzo Gonzaga, que se había rodeado de las personalidades más eminentes del mundo de la música y que tenía a cargo de su capilla a Claudio Monteverdi, comenzó las negociaciones para tener en su corte a la 'sirena di Posillipo', de hecho laboriosos intentos, como documenta la correspondencia conservada entre el duque, sus agentes en Roma y Nápoles y la cantante: en un solo día, de hecho, el 5 de marzo de 1610, el duque envió siete cartas para que el acuerdo relativo a la contratación de Andreana llegara a feliz término.

Finalmente el 23 de mayo de 1610 Andreana con la familia salió de Nápoles y llegó a Roma, donde conoció y fue admirada por el cardenal Ferdinando Gonzaga, el joven hijo del duque. Escribiendo a su padre el 27 de mayo, Ferdinando le aseguraba que Andreana 'canta benissimo et finora al libro, tocca d'arpe eccellentemente e di chitara spagnola', y de nuevo el 26 de junio que la Andreana 'ha dejado aquí fama inmortal y tiene maravillada a esta ciudad siendo realmente la 'prima donna' del mundo, tanto en el canto como también en la modestia y honestidad'. En Florencia, donde llegó el 13 de junio, se detuvo en la casa de Giulio Caccini, y aquí se encontraron todos los doctos de la Camerata dei Bardi, concordes en reconocer -después de haber escuchado cantar a Andreana, junto con Jacopo Peri y otros, algunos madrigales compuestos por Giovanni dei Bardi, conde de Vernio- que ella no tenía igual en el canto. El 24 de junio de 1610 Andreana comenzó en Mantua e incluso Monteverdi fue conquistado por la habilidad de la cantante: lo que se encuentra en algunas de sus cartas en las que exalta la clara superioridad de Andreana sobre otras muy conocidas "virtuosas", como Ippolita Recupito (más conocida como la 'Ippolita del cardenal Montalto') y Cecchina (Francesca, hija de Giulio Caccini). El propio Monteverdi da noticia de entretenimientos musicales que tenían lugar el viernes en el "salón de los espejos" del palacio ducal, y de los que el canto de Andreana constituía precisamente la atracción principal.

En reconocimiento de los favores recibidos en la corte de Mantua, Andreana le dio el nombre de Leonora a su hija nacida en diciembre de 1611 -y que habría después, en el arte del canto, igualado, si no superado a la madre,- en memoria de la duquesa Eleonora, muerta en septiembre de ese año. En 1612 el duque Vincenzo, poco antes de su muerte, asignó a Andreana la baronía de Piancerreto en Monferrato y la familia Baroni continuó siendo colmada de honores y beneficios también de parte de los sucesores del duque Vincenzo, de Francesco y sobre todo del nuevo duque Ferdinando (ex cardenal), que habían seguido manteniendo una correspondencia asidua con la cantante y le había enviado con frecuencia algunas de sus composiciones musicales para que ella las interpretara. Se informa que el repertorio de Adriana comprendía más de 300 canciones en italiano y español que ella cantaba de memoria, acompañándose con arpa o guitarra. A la corte de los Gonzaga fueron llamados otros miembros de la familia Basile, incluyendo a su hermano Giovan Battista y su hermana Margherita, que se añadieron a los hermanos Lelio y Vittoria, ya en Mantua.

En noviembre de 1618 Andreana siguió a Florencia a Ferdinando Gonzaga y su esposa Caterina de Médicis; probablemente fue con el propio duque a Roma, permaneciendo allí con la intención de llegar a Nápoles lo más pronto posible, donde la reclamaba, entre otras cosas, el matrimonio de su hijo Camillo. Tuvo que permanecer más tiempo de lo esperado en Roma por el nacimiento de otro hijo y sólo el 29 de marzo de 1619 ella comunicaba al Duque de Mantua que estaba a punto de salir para su ciudad natal. En 1620 ya estaba de viaje para volver a Mantua, donde en marzo de 1621, con ocasión de la elección del Papa Gregorio XV y el rey Felipe IV de España, participó, con las hermanas del duque, Margherita y Eleonora, en la representación dela égloga "Licori" o "L'incanto d'amore" de Alessandro Guarini, y probablemente también tuvo un papel en el intermedi de Monteverdi "Le tre costanti", presentado en enero siguiente para el matrimonio de Eleonora, la hermana del Duque Ferdinando con el Emperador Ferdinand II. Los años inmediatamente posteriores pueden considerarse el pináculo de la carrera artística de Andreana: En mayo de 1623 Adriana acompañó al Duque Ferdinando y a la Duquesa Caterina a Venecia y permaneció allí incluso después de la partida de los Gonzaga. Seis meses después tomó parte en reuniones musicales en Roma, donde cantó el “Lamento d'Arianna” con acompañamiento de clavicordio y otra tarde improvisó escenas musicales con estrofas del “Adone” del poeta Giambattista Marino (un ejercicio que Marino también pidió a Francesca Caccini ante otra audiencia). Aquí se imprimió el "Teatro delle glorie in onore della signora A. Andreana", una colección de poemas de autores conocidos y desconocidos, entre los cuales se destacan seis sonetos y dos madrigales de Marino, colección que fue reimpresa en Nápoles en 1628.

Andreana dejó definitivamente Mantua para volver a Nápoles a principios de 1624, después de obtener de la duquesa la licencia para partir el 5 de enero. Hasta fines de 1625 fue exhortada constantemente por los duques para volver a la corte de Mantua, pero se retrajo. En el periodo subsiguiente ella contó con el favor del Virrey de Nápoles y estaba, de hecho, en conversaciones con el príncipe Ladislao de Polonia, que el 18 de abril de 1625 escribió desde Viena a Muzio Baroni, insistiendo en que -superada cualquier dificultad- viniese con su esposa y las dos hijas (Leonora y Caterina) 'a la Corte en nuestro servicio'. Es tal vez debido a que estas negociaciones -que en todo caso finalmente terminaron en nada- llegaron a los oídos de los duques de Mantua, o tal vez por ciertos celos de Gonzaga hacia don Alvarez de Toledo (Duque de Alba y virrey de Nápoles desde 1622 a 1629) que parecía particularmente preferir a Andreana en su nueva residencia en Nápoles, lo cierto es que al principio del año siguiente, cuando se preparaba para regresar a Mantua, los duques no la quisieron más.

Los años siguientes los pasó principalmente en Nápoles, donde Adriana continuó siendo favorecida por Don Alvarez de Toledo, Duque de Alba y Virrey de Nápoles. En 1630 Andreana estaba de nuevo en viaje, acompañada por su hija Leonora y dirigiéndose a Génova 'per sua negotia', según el cronista Cesare Tinghi que señala la transición a Florencia en el mes de mayo. En 1633 se estableció con su familia en Roma y disfrutaron del apoyo generoso del Cardenal Antonio Barberini. En su casa se daban verdaderos y reales conciertos compuestos 'de troix belles voix et de troix instruments differents', como escribió el violista francés André Maugars, el 1 de octubre de 1639, en su 'Response faite à un curieux, sur le sentiment de la musique d'Italie'; él recordaba haber escuchado a las 'Adriane' cantar juntas, acompañándose la madre con la lira, Leonora con la tiorba y Caterina con el arpa.

En 1637 Andreana publicó el "Teagene", obra póstuma de su hermano Giovan Battista, precedida por una dedicatoria del 1 de abril al cardenal Antonio Barberini, bajo cuya protección se encontraban Andreana y sus hijas, en el momento de su estancia en Roma. En una hoja de Anuncios de Roma de 1639 todavía se lee que Andreana, el 24 de septiembre, estaba a punto de salir de la ciudad, junto con sus hijas, por un insulto sufrido, pero el cardenal Barberini logró disuadirla de su propósito. Hasta hace poco tiempo se pensó que Adriana había muerto poco después en Roma, pero algunos documentos muestran que estuvo en Nápoles en noviembre de 1640 y todavía estaba viviendo allí en agosto de 1642. Adriana también componía: en 1616 Monteverdi acreditaba que ella y sus hermanas habían escrito solos para las partes que cantaron en una función dramática. Su canto fue exaltado por varios poetas en “Teatro delle glorie della signora Adriana Basile” (1623, 2/1628) y “L'idea della veglia” (1640), por Francesco Rasi en “La cetra di sette corde” (1619), y por Marino en “L'Adone, canto VII” (1623) y “Rime, II” (edición. de 1629). Ninguna de la música de Basile sobrevive, pero se la conoce por haber improvisado en poesía, incluso en una competencia con Caccini en noviembre de 1623.

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NO SE CONSERVA NINGUNA DE SUS OBRAS