Después que su iglesia fue destruida por el fuego, Heinsius se hizo organista, intérprete del carillón y comisionado de barcazas en Purmerend. Dos años después volvió a Arnhem como organista y carillonneur a la Grote Kerk; también ayudaba allí al collegium, el St Caecilia-Concert. Ya había compuesto un "Caecilia Concerto" para el collegium musicum en 1736; esta obras está ahora perdida, al igual que su trío vocal para la organización, que era quizás idéntico a la obra que Heinsius escribió para el 200 aniversario del collegium musicum en 1755.

Entre sus obras sobrevivientes, los conciertos de violín son en el estilo de Vivaldi, y las tres canciones holandesas que son cortas pero imaginativamente compuestas, también son en lenguaje Barroco tardío. Las sinfonías son descritas en su página de título como pensadas para ‘ceux qui apprennent la musique' y son más modernas y galantes.