Locatelli, Pietro Antonio

Violinista y compositor

Italiano Barroco tardío

Bérgamo, 3 de septiembre de 1695 - †Amsterdam, Holanda, 30 de marzo de 1764

Pietro Antonio Locatelli

Primero de los siete hijos de Filippo Andrea y Lucia Crocchi (O Trotti), nació en el seno de una familia acomodada. De su formación musical no hay noticias, pero pudo haber sido discípulo de L. Ferronati o de C. A. Marino (Marine), activos como violinistas en la basílica de Santa Maria Maggiore en Bérgamo. Como parte de las actividades musicales de la iglesia se registra la primera y única evidencia conocida de la actividad de Locatelli en su ciudad natal. Niño prodigio en el violín, en 1710 está documentada su participación en los servicios celebrados en la basílica: en abril Locatelli aparece registrado entre los violinistas que sirvieron durante la Semana Santa y el Domingo de Pascua; en agosto entre los contratados para la fiesta de la Asunción. Desde enero de 1711 fue incluido en el personal estable de la capilla en el papel de tercer violín, solicitado por él.

En septiembre de 1711 Locatelli obtuvo la dispensa del servicio en la iglesia y el permiso para ir a Roma para 'sacar provecho de su profesión'. Las noticias de su larga estancia en Roma son en general escasas. Posiblemente amplió sus estudios bajo la dirección de Arcangelo Corelli.

Pietro Antonio Locatelli

El primer documento que atestigua la presencia en Roma se remonta a marzo de 1714: se trata de una carta enviada a su padre, en la que hay información sobre la participación de Locatelli en eventos musicales financiados por el príncipe de Caserta Michelangelo Caetani, realizados en Cisterna y en Sermoneta durante el carnaval. En esa ocasión, Locatelli se encontraba en compañía de Giuseppe Valentini, violinista y compositor al servicio de los Caetani. Es posible que haya sido el propio Valentini quien cuidó y promovió la posterior formación profesional de Locatelli. Desde 1716 está documentada la pertenencia de Locatelli a la Congregación de los músicos de Santa Cecilia, a la que se adherían casi todos los músicos llamados a servir en las instituciones religiosas romanas.

La inclusión en la sociedad muestra un fortalecimiento en la posición profesional de Locatelli; no parece casual, de hecho, que su nombre aparezca en las listas de los instrumentistas invitados a tocar en las fiestas de San Lorenzo en Dámaso sólo a partir de 1717. La participación de Locatelli en ejecuciones orquestales financiadas por el cardenal Pietro Ottoboni en esta iglesia, está documentada hasta 1723. Los puestos destacados en la orquesta los ocupaban, sin embargo, los violinistas A. Montanari y D. Ghilarducci). Aunque no han sido descubiertos documentos que acrediten un cargo estable de Locatelli en alguna corte noble o cardenalicia, parece muy probable que haya prestado regularmente servicio para Camillo Cibo (cardenal desde 1729), que figura como dedicatario de la primera obra impresa de Locatelli, publicada en 1721.

En el Archivo Cibo el nombre de Locatelli aparece sólo en una copia de las notas en febrero de 1722 y en una nota de gasto por la encuadernación de un paquete de sinfonías de mayo de 1723. Sobre los años que separan la partida de Roma de la llegada a Amsterdam en 1729 existen pocos testimonios. Desde 1723 hasta 1727 Locatelli debió permanecer todavía en Italia; el nombramiento, en 1725, como virtuoso del gobernador del Archiducado de Mantua, príncipe Felipe de Hesse-Darmstadt atestigua que alrededor de esa fecha Locatelli permaneció durante algún tiempo en Mantua. En la dedicatoria al patricio veneziano G. M. Lin, que acompaña al Op. III, Locatelli hace referencia explícita a una estancia veneciana que se puede datar, sobre la base de los datos disponibles, de antes de junio de 1727. La evidencia de la pasada de Locatelli por las cortes de Munich, Berlín y Kassel (así como el registro en el album de recuerdos de un noble de Frankfurt, de origen holandés, H. van Uchelen, de fecha 20 de octubre de 1728), son todo lo que queda para documentar un periodo, entre 1727 y 1729, marcado por su movimiento constante, probablemente debido a una intensa actividad de conciertos y de auto-promoción profesional.

En junio de 1727 Locatelli tocó el violín para el príncipe elector de Baviera, Carlo Alberto, por lo que recibió 12 florines de oro. De acuerdo con el testimonio de Förster, Locatelli llegó a Berlín en el séquito del elector de Sajonia Federico Augusto el Fuerte, que estaba de visita desde Dresde, se exhibió en la corte de Federico Guglielmo I de Prusia entre mayo y junio de 1728, vestido con ropa suntuosa y adornado con anillos de diamantes, recibiendo primero 20 talleri (que regaló al paje encargado de llevarlo) y luego un pesado cofre de oro lleno de ducados. En el Palacio Monbijou, en presencia de la reina Sofia Dorotea, se llevó a cabo un concierto donde tocaron tanto Locatelli como el violinista J. G. Graun. Es a esos años de viajes que se puede atribuir la difusión de su reputación como un virtuoso del violín, después confirmada con la salida de los conciertos del Op. III.

Edición discográfica de obras de Pietro Antonio Locatelli

Locatelli probablemente llegó a Amsterdam en agosto de 1729. No había programado esa estancia, en un primer momento, como un traslado definitivo: de una carta de su padre de septiembre de 1730 se deduce que Locatelli, después del invierno, tenía planeado regresar a Roma, a través de Bérgamo. En una carta al príncipe Maximiliano de Hesse de diciembre de 1729, Locatelli escribe que fue detenido en la ciudad por una larga enfermedad. De las palabras de Locatelli, sin embargo, se evidencia que el motivo de su permanencia, y probablemente también de su viaje a la ciudad, eran las perspectivas de beneficios relacionados con la comercialización de sus propias composiciones, gracias a la industria de la impresión en auge en Amsterdam y, en particular, la imprenta de E . Roger, que combinaba la calidad técnica con la eficacia de la red de distribución a nivel europeo.

La relación de Locatelli con la editorial había comenzado con la publicación de los "Concertigrossi, Op. I" en 1721, cuando todavía estaba en Roma. Al principio de su estancia en Amsterdam (agosto de 1729), Locatelli había supervisado personalmente la reimpresión de su Op. I: el 2 de septiembre, de hecho, aparecía una inserción de Le Cène en la Gazette de Amsterdam, anunciando el lanzamiento de una nueva edición de la obra, que contiene correcciones y cambios en el texto. A partir de este momento, sus viajes fueron muy limitados, dedicándose principalmente a la enseñanza, la composición de música amateur, las publicaciones y la importación cuerdas italianas.

En los años siguientes se publicaron a expensas de Le Cène los concertos de "L'arte del violino, Op. III" (1733), las "Introduttioni teatrali" y los "Concerti dell'op. IV" (1735); Locatelli imprimió a sus propias expensas en cambio las colecciones de sonatas, en una cantidad más pequeña, y las opus II (1732), V (1736), VI (1737) y VIII (1744). Por su trabajo en los Países Bajos había obtenido, de hecho, en 1731, el privilegio de impresión que lo protegía de las ediciones 'piratas' en el territorio holandés y de la Frisia occidental durante quince años, y que fue renovado en 1746. La mayoría de sus obras salieron también, sin embrago, en varias ediciones no autorizadas, en Londres y en París.

La colaboración con Le Cène llevó a Locatelli a desarrollar paralelamente consultas y labores de revisión para obras de otros compositores, como se documenta, por ejemplo, en la correspondencia entre Le Cène y el padre Giovanni Battista Martini, que quería publicar algunas sonatas, como en el intercambio de correspondencia entre Martini y Locatelli después de la muerte del editor.

Además de las ocupaciones en el campo editorial y el comercio de cuerdas, Locatelli desarrolló en Amsterdam una regular actividad concertística. Al parecer, llevaba a cabo semanalmente conciertos privados en los que lucía tanto su habilidad técnica como su exquisita sensiilidad musical.

A partir de las dedicatorias de las obras II y V se tiene conocimiento que Locatelli desarroló también actividad didáctica, dando lecciones a exponentes de la burguesía de Amsterdam (que eran, de hecho, los dedicatarios de las obras citadas, N. Romswinkel y M. Lestevenon). De sus enseñanzas, dirigidas principalmente a ejecutantes aficionados, también aprovecharon el organista ciego J. Potholt (al que Locatelli siempre le concedió el privilegio de escucharlo en sus conciertos) y Jean-Marie Leclair, que, de acuerdo con sus biógrafos, cultivó relaciones con Locatelli durante sus visitas a los Países Bajos para servir a la princesa Anna de Orange. Las muchas actividades a las que Locatelli se dedicó en treinta y cinco años de estancia en Amsterdam le permitieron vivir cómodamente y frecuentar a las clases acomodadas de la ciudad. Locatelli murió en Amsterdam el 30 de marzo de 1764. Dejó una rica colección de libros, grabados y retratos, instrumentos y otros objetos valiosos, que demuestran los intereses del propietario, pero también el prestigio social y el bienestar alcanzado.

Con excepción de unas pocas piezas de atribución segura, entregadas sólo como manuscrito, el corpus de las composiciones conocidas hoy en día de Locatelli consiste en obras orquestales y música de cámara de diversos tipos, aparecida en impresiones curadas por el autor. Los "Concerti Grossi, Op. I", escritos para partes de concertino y de concerto grosso, única colección impresa por Locatelli cuando todavía estaba en Italia, fueron compuestos en los años romanos y se ajustan al modelo Coreliano.

De signo completamente diferente es la siguiente colección de conciertos, op. III, titulada "L'arte del violino", que contiene trabajos orientados formalmente al concierto de matriz nor-italiana en tres movimientos y dominados por la intervención solista del primer violín.

El Op. IV reune en cambio seis introducciones teatrales y otros tantos conciertos para partes obbligato y de ripieno, en línea con lo que entonces eran las tendencias más modernas en el campo de la composición instrumental.

La última publicación orquestal de Locatelli, el Op. VII, reune un grupo de seis conciertos en los que se encuentran sintetizados elementos de composición tradicionales y propios del nuevo lenguaje instrumental. El lugar más importante de la colección, está en el concierto final, titulado "Il pianto di Arianna", constituido por diez movimientos diferentes en carácter y expresión, según el modelo del estilo arioso, de los recitativos y de las arias de los géneros vocales de la época.

Locatelli era un maestro en el violín, se dice que nunca tocó una nota incorrecta -excepto una vez, cuando su meñique resbaló y se metió de lleno en el puente de su instrumento. Las obras de Locatelli son principalmente para violín. Su publicación más significativa (1733) es probablemente el “Arte del violino”, Opus 3, una colección de doce conciertos para el instrumento que incorporan veinticuatro caprichos técnicamente exigentes. Estos podrían funcionar como extensas cadenzas, pero ahora por lo general son extraídos y tocados aisladamente en los conciertos.

Locatelli también escribió sonatas para violín, una sonata para violoncelo, trío sonatas, concerti grossi y una colección de sonatas para flauta (su Opus 2). Sus primeras obras muestran la influencia de Arcangelo Corelli, mientras piezas posteriores son cercanas a Antonio Vivaldi en el estilo. Hombre de grandes intereses culturales, poseía distinguidos contactos, y su influencia como instrumentista fue universal, muy admirado en la técnica del cantabile.

1° movimiento del "Concerto grosso en Fa Mayor Op 4"