Dedicó su única música existente, "Madrigali a cinque voci ... libro primo" (Nápoles, 1622), a Marc'Antonio Loffredo, Príncipe de Maida, y un madrigal en el libro al hijo de Loffredo, Francesco.

Las 18 piezas, que incluyen música sobre poemas de Guarini, Marino, G.B. Strozzi y Petrarca, tienen las características habituales del madrigal napolitano de la seconda pratica -frases declamatorias cordales, puntos de breve de imitación y dureza y ligadura lentas- pero Montesano los combinó en una forma menos disjunta, contrastante y experta que lo hecho, por ejemplo, por Lacorcia o Agresta.

Los tres madrigales de Francesco Genuino incluidos en el libro sólo realzan la impresión de falta de experiencia composicional de Montesano, sugerida por ocasionales torpes, inexpresivos choques de segundas, desmañadas progresiones armónicas (todo resultado de la inexperta escritura) y motivos imitativos trillados.

Hay unos pocos ejemplos eficaces de cromatismo a la manera de Gesualdo. Una lista adjunta a una carta de Schütz menciona un segundo y tercer libro de madrigales para cinco voces de Montesano, pero no han podido ser rastreados.