Montella (Montelli), Giovanni Domenico (Mico)

Organista, laudista y compositor

Italiano Barroco temprano

Nápoles, h. 1570 - †Nápoles, 7 de febrero de 1607

Capilla real de Nápoles

La fecha de nacimiento de este músico napolitano es desconocida. Fue laudista en la academia de don Fabrizio Gesualdo a fines de los años 1580 y en este periodo trabajó en asociación íntima con su maestro, Giovanni di Macque. En 1591 Montella se convirtió en laudista en la capilla del virrey español en Nápoles, con un sueldo de 6 ducados al mes. En ese momento debía ser muy joven, según se refiere en 'L'esercitio', texto redactado presumiblemente en los primeros años del siglo XVII por un antiguo cantor de la misma capilla, Nicolò Tagliaferro, según el cual Montella andaba 'mostrando con la frecuencia del estudio lo que vale en el arte del laúd, y en los temas de la música'.

Desde 1599 sirvió de nuevo bajo Macque en la capilla del virrey, no sólo como laudista sino también como organista. Sin embargo, es difícil aclarar si se trata de una asignación permanente o temporal. Aparte de esto, de su vida a partir de los años 1600 se conoce sólo el amplio éxito de las publicaciones, algunas incompletas. Trabajó junto a Giovanni Maria Trabaci y Ascanio Mayone así como con Macque, una asociación que parece haberlo estimulado a una productividad excepcional: todas menos dos de sus 19 publicaciones aparecieron entre 1600 y 1607.

Montella publicó una cantidad considerable de música secular, de la cual, desgraciadamente, sólo aproximadamente una mitad sobrevive completa. Ninguna está ampliamente disponible en edición moderna, y su estilo -aparentemente central a la escuela napolitana- se ha estudiado poco. Los textos de sus madrigales tienen un sabor popular, tipo villanella. Los madrigales se alinean en tres grupos: los libros primero y segundo para cinco voces (1594-6); el tercero al sexto libros para cinco voces (1602-4); y los libros séptimo y octavo para cinco voces y dos libros para cuatro voces. Los primeros dos libros, ambos dedicados al futuro rey Felipe III de España, ponen música sobre textos de los muy conocidos poetas Torcuato Tasso y Parabosco, y de poetas locales, incluyendo la más antigua música sobre los poemas de Giambattista Marino antes de su publicación en 1602. El segundo grupo se caracteriza por un uso aumentado de cromatismo y tratamiento de disonancia más intrépido, pareciéndose más a los de Gesualdo que a los de Macque. En el grupo final, Montella se aparta del estilo más cromático y disonante del segundo grupo. .

El primer libro de madrigales para cuatro voces publicado en 1604 da prominencia a los poemas de Marino (en las primeras 12 obras, seguidas por música sobre un verso octosílabo de Ansaldo Ceba). El segundo libro para cuatro voces fue publicado póstumamente y se dedicó predominantemente a los poemas de Giovanni Battista Guarini. Composiciones sobre Marino y Guarini también aparecen en los últimos dos libros de madrigales para cinco voces. Los poemas de los poetas florentinos Chiabrera y Rinuccini en el octavo libro, publicado póstumamente, muestran un conocimiento del desarrollo de esa época en Italia del Norte.

El lauda de cuatro partes de Montella "Se mai vergine pia", que apareció en 1600 en "Nuove laudi ariose", tienen un sonido más personal, expresado a través de cromatismo y armonías experimentales. La última tendencia también está presente en los motetes poli corales de ocho partes y misas de 1600, cuyos aspectos más líricos ubican a Montella aparte de Trabaci y Mayone. Los motetes de cinco partes de 1603, aunque de estilo más conservador, lo muestran como un maestro en las técnicas del contrapunto: en "Terribilis est locus" las voces exteriores cantan un canon doble contra el cantus firmus del tenor, y "Ad Dominum cum tribular clamavi" es un estricto canon triple. Las "Lamentationes" (1602) combinan inventiva contrapuntística con expresiva armonía errante y cromatismo apropiado.

La inflencia del ambiente musical napolitano se desprende de la única pieza instrumental de Montella que conocemos, el capricho para teclado sobre el madrigal de Domenico Maria Ferrabosco "Io mi son giovinetta": incluido en el "Secondo libro di diversi capricci per sonare" de Ascanio Majone (Nápoles, 1609), consiste en una singular incrustación de varias secciones yuxtapuestas, contrastantes por carácter y tipo de escritura, debidas en diversos grados a Montella, Stella y Majone mismo, el que entre los tres ostentaba el espíritu más moderno, extravagante. En el lapso de 12 años Montella publicó alrededor de 17 libros entre sacros y profanos (otros dos salieron póstumamente), todos menos uno publicados en Nápoles, ciudad en la que fue tenido en la más alta estima, estando profundamente conectado a la realidad urbana en el plano humano y profesional, como atestiguan las dedicatorias dirigidas a personalidades eminentes del poder político, de la aristocracia y de la Iglesia local. Sus colecciones de villanellas, recibidas con discreto éxito comercial, están entre las pocas intestadas a miembros de la clase noble. Sin embargo, no hay resonancia notable de su producción musical fuera de Nápoles.

Un solo libro suyo, el "Secondo de madrigali a cinque voci", fue impreso en Venecia (G. Vincenti, 1596). Seis piezas suyas -aunque marcadas con el apodo 'Mico Montelli'- se encuentran en el "Tempio armonico della beatissima Vergine" (Roma, N. Mutii, 1599), vasta compilación del padre oratoriano Giovenale Ancina que reúne música secular de pocedencia sobre todo romana convertida en laudos filipinos. La técnica del contrapunto de Montella varía notablemente de un libro a otro: bastante tradicional en los dos primeros libros, sucinta y sólo ocasionalmente interrumpida por disonancias prudentes, ostenta un cromatismo patético a la manera de Gesualdo en el sexto libro, mientras que en los siguientes libros vuelve a privilegiar la transparencia de la trama vocal y la marcha omorítmica; en cuanto al séptimo libro, está claramente tejido de 'madrigales alegres'.

En la carta de acompañamiento al póstumo "Secondo libro de madrigali a quattro voci", escrita en Nápoles el 14 de mayo de 1607, el curador de la antología Giovan Francesco Benna explica a los lectores que el autor de los madrigales murió inesperadamente justo después de componerlos. Poco después, el hermano de Montella, Principio, dio a la luz otros madrigales inéditos del "Ottavo libro a cinque voci", bajo la protección del arzobispo Acquaviva.

Numerosos comentarios elogiosos se hicieron sobre él durante su vida, como el mencionado de Nicolò Tagliaferro; Scipione Cerreto, otro testigo de la vida musical napolitana de la época, eligiendo en el tratado Della prattica musica vocale et strumentale los "excelentes compositores" y "excelentes intérpretes de laúd" activos en ese tiempo en la ciudad, lo colocó en ambas categorías. Elogios similares siguieron llegando, incluso después de la muerte, y más allá de la mitad del siglo; señal de la perdurable consideración que gozó un músico que -como se ha repetido varias veces- había traído honor a su país al igual que Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa, Scipione Dentice, Rocco Rodio, Scipione Stella y Giovanni di Macque.

"Io mi son giovinetta del Ferrabosco" - Cembalo: Paola Erdas