Su voz cambió en 1605, y Giovanni de Macque se hizo cargo de su instrucción en la capilla real.
En 1609 entró oficialmente en la capilla como tenor. Dedicando su colección "Il primo libro di villanelle e madrigali" de 1617 a Ascanio Carrafa, le agradeció por haberlo hecho maestro di cappella del Spirito Santo y de su convento. En 1621 fue despedido durante la reforma organizativa de la capilla real introducida por el virrey, el Cardenal Zapata.
En una apelación a Felipe IV de España para obtener su restablecimiento citó su largo y fiel servicio, sus composiciones y el hecho de que había sido maestro di cappella de varias iglesias napolitanas. Fue readmitido en la capilla en 1624 y permaneció allí por el resto de su vida, a excepción de una visita no autorizada a Lecce en mayo de 1645.
Todas sus villanellas tienen dos secciones y, en general cuatro estrofas de tres, cuatro o seis líneas y son sin estribillos. Ranieri advertía que sonarían mejor cuanto más rápido se cantaran.
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