Aldrovandini, Giuseppe Vincenzo

Compositor

Italiano Barroco tardío

Bolonia, 8 de junio de 1671 - †Bolonia, 8 de noviembre de 1707

Giuseppe Antonio Vincenzo Aldrovandini fue alumno de Giacomo Antonio Perti en Bolonia.

Partitura de Sinfonía con tromba

Miembro de la Academia Filarmónica desde 1695 y “príncipe” de la misma en 1702. El mismo año fue nombrado maestro di cappella honorario del duque de Mantua. En 1706 obtuvo también el cargo de maestro de la Academia del Espíritu Santo en Ferrara. Bebedor, a pesar de la fama alcanzada y los empleos cubiertos, Aldrovandini llevó una existencia en estado de indigencia y absolutamente desarreglada, que tuvo un epílogo trágico: murió ahogado en el puerto de Bolonia el 8 de noviembre de 1707.

Resalta su extraordinaria fecundidad, desde que en solo tres lustros compuso música aventurándose en todos los géneros musicales. Un juicio general sobre la producción de Aldrovandini se encuentra en uno de los trabajos del Padre Martini: “mostró en sus composiciones, además del artificio, una singular naturalidad” (Serie Cronológica de “Principi dell'Accademia de' Filarmonici”, Bologna, 1776).

La actividad de Aldrovandini se expresó de manera particular en el teatro de ópera, lo que le permitió obtener fama póstuma y duradera por esa época: esta circunstancia parece algo fuera de lo normal, sin embargo se tienen noticias de representaciones de sus trabajos en Bolonia todavía en 1733 y en 1746.

El favor que recibió Aldrovandini como operista también puede inferirse de las expresiones de calurosa alabanza de F. A. Pistocchi en una carta dirigida a Perti, fechada el 4 de abril de 1710 en Piacenza: “Androuandino [...] en estas primeras pruebas agrada a todos universalmente.” Testimonios de su vocación esencialmente volcada al “bel canto” pueden encontrarse, además de en las partituras supervivientes de obras teatrales, las numerosas cantatas y arias presentes en las principales bibliotecas musicales de Europa (Bolonia, París, Londres, Berlín, etc.), e incluso las composiciones de los opus l y III, que son cantatas de iglesia sobre textos latinos de fácil comprensión, claramente adornadas de amaneramientos sentimentales similares al género “de cámara” .

En Aldrovandini el tratamiento de la vocalización está siempre ligado en líneas generales a la gracia melódica, con largos pasajes de fiorituras virtuosísticas; la continuidad del texto está disuelta por rupturas y repeticiones,, el ritmo es enormemente agitado, mientras las formas armónicas no son nunca triviales.

También en la instrumentación se afirma la originalidad de Aldrovandini: este aspecto ya había sido notado por Lavoix (Historia de la instrumentación, París, 1878), cuando se había detenido en un aria concertante para violín y soprano, donde estaban previstos “Contrabassi senza cembalo” en la partitura de la ópera “César en Alejandría”.

Un grupo de composiciones instrumentales (sinfonías y sonatas para trompetas y arcos), conservada en manuscrito en el archivo de la Basílica petroniana, presenta un estilo no muy elaborado desde el punto de vista contrapuntístico, pero compensado por ricos efectos rítmicos implantados en el diálogo de los grupos sonoros.

En las sonatas de cámara del opus IV pueden individualizarse elementos estilísticos corellianos, así como en las sonatas “da chiesa” opus V, que fueron objeto del significativo honor de una doble edición por el famoso editor holandés Mortier: no obstante, aunque es evidente la adhesión a los modelos formales de las sonatas corellianas de los opus I y opus III (la estructura bipartita con ritornellos, articulada en 4 movimientos según el esquema lento-rápido-lento-rápido), se revelan todas impregnadas de una escritura personal, nerviosa y caracterizada por incisivos contrastes métricos.

"Sonata en Do Mayor"