Bernasconi, Andrea

Compositor

Italiano Barroco tardío

Marsella, Francia, 1706 - †Munich, Alemania, 24 o 29 de enero de 1784

Ospedale della Pietà, Venecia

Existe confusión sobre su nacimiento: el Groves Dictionary dice que, siendo italiano, nació en Marsella en 1706 y que su padre era francés, a pesar del apellido italiano. Otra versión es que nació en Milán en 1706 de un oficial francés de origen italiano como resulta del registro de muertos de la Frauenkirche de Munich, en el cual se señala su fallecimiento, a la edad de setenta y ocho años (según Fétis habría nacido en cambio en Marsella en 1712), viene indicado en algunos libretos de sus óperas como "di Parma", puesto que en esta ciudad se había establecido muy joven con su padre, funcionario francés, que se estableció en dicha ciudad después de su retiro del servicio del ejército.

Su primera actividad musical, iniciada presumiblemente muy pronto, fue en el canto, luego en los instrumentos de teclado y finalmente en la composición. Se ignora cuáles habrían sido sus maestros, sin embargo es interesante hacer notar que en muchos libretos de sus primeras obras viene mencionado como "diletante milanés", y esto haría pensar que su educación musical fuese iniciada bastante tarde. Su debut como compositor tuvo lugar en el Teatro de la corte en Viena en 1737 con la ópera “Flavio Anicio Olibrio” (libreto de A. Zeno y P. Pariati); de regreso en Italia, Bernasconi hizo representar en Venezia “Alessandro Severo” (libreto de A. Zeno, Teatro San Giovanni Grisostomo, 27 de diciembre de 1738; representada después en una versión abreviada y modificada con el título “Salustia” en el Teatro San Salvatore de Venecia para la feria de la Ascensión, mayo de 1753) y en Padua “Temistocle” (libreto de Metastasio, Teatro degli Obizzi, 6 de junio de 1740; repuesta en Salzburgo, carnaval de 1740; en Venecia, Teatro San Giovanni Grisostomo, otoño de 1744; en Munich, Teatro de la corte, carnaval de 1754).

Edición discográfica con obra de Andrea Bernasconi

En 1743 Bernasconi se casó en Parma con la viuda de un valet de cámara del duque de Würtemberg, María Josepha Wagele, hija de un capitán austriaco. Enseñó música a su hijastra, Antonia, y la ayudó en el  lanzamiento de su exitosa carrera como cantante. El mismo año estaba de nuevo en Venecia, desde donde partió de nuevo para Viena. Según Eitner, en este periodo fue también a Roma; sin embargo ignoramos por cuánto tiempo y con cuáles mansiones se habría contactado. Sucesivamente pasó a Milán y a Verona, permaneciendo allí brevemente; luego regresó a Venecia y permaneció allí desde 1746 a 1747, como maestro di cappella en el ospedale della Pietà, donde hizo ejecutar su oratorio en latin “Adonias”. Parece que pronto después habría vivido mayormente en Viena.

Un decreto del 24 de noviembre de 1753 del elector de Baviera Maximiliano Joseph III se refiere a su contratación como Kapellmeister auxiliar de música vocal en Munich desde el 1 de agosto de 1753; su nombramiento coincidió con la apertura del Residenztheater; al mismo tiempo se convierte en maestro de contrapunto de su ilustre protector, buen diletante de música. Pronto fue elegido concejal electoral. El 5 de junio de 1754 fue nombrado maestro de música de las princesas María Anna Josepha (hasta julio de 1755) y Josepha María (hasta enero de 1765). Luego de la muerte de Giovanni Porta, Bernasconi fue nombrado Kapellmeister el 7 de septiembre de 1755. Dedicándose de preferencia a la composición de óperas, Bernasconi logró dominar completamente el teatro de Munich, tanto como para oscurecer, en virtud del prestigio adquirido, a músicos famosos como Niccolò Jommelli. En 1756, habiendo enviudado, se casó con Caterina de Loewe, con la cual tuvo una hija, Giuseppa. Desde 1772 en adelante descuidó casi completamente el teatro, que le había dado la celebridad, prefiriendo dedicarse a la composición de música sacra e instrumental y a su cargo de maestro di cappella en la corte bávara. En 1778 el elector Carl Theodor confirmó su puesto oficial, pero probablemente no prestó servicios por largo tiempo. Su sucesor en 1784 fue Paul Grua.

Como compositor, Bernasconi fue representante conservador de la ópera seria napolitana, con música desprovista de cualquier esfuerzo hacia la reforma. La mayoría de sus arias son de una forma de da capo modificado con escritura melódica florida; los recitativos son notables por su declamación fluida y vocalmente elegante. Emplea eficazmente recitativos acompañados, sobre todo en las últimas óperas. Además de las numerosas óperas, más de veinticinco, todas inéditas, la mayor parte conservada en la Bayerische Staatsbibliotek de Munich, Bernasconi compuso oratorios, alguna música instrumental y de cámara (sinfonías, cantatas y un concierto para flauta, dos violines y bajo, etc.), conservadas manuscritas en varias bibliotecas, principalmente alemanas, pero sobre todo es copiosa la música sacra y religiosa para coros, solos e instrumentos, la mayor parte de la cual es conservada en la Bayerische Staatsbibliothek de Munich. De sus composiciones solamente ha sido publicada un aria de “Adriano in Siria”, inserta en “Ausdem goldenen Zeitalter des Bel Canto”, New York 1910, de H. E. Krehbiel.

Músico ecléctico y muy fecundo, Bernasconi fue juzgado en forma muy variada tanto por sus contemporáneos como por la crítica reciente: algunos vieron en él un simple artesano por la rígida obsecuencia a las reglas del bel canto, otros lo ensalzaron como representante de un gusto refinado y elegante. Para tener una idea de la estima y de la notoriedad de que gozó en su tiempo, es suficientemente indicativo el hecho que Faustina Bordoni prefería sus arias a las del marido, el compositor Johann Adolph Hasse; sin embargo, aunque si tal preferencia es justificada por el singular refinamiento de las arias y por la perfección estilística de los recitativos, no se comprende el entusiasta juicio que le brindaba La Borde, quien consideraba las óperas de Bernasconi un ejemplo de perfecto estilo teatral. Rudhart, en cambio, refiriéndose a las óperas representadas en Munich, sostenía encontrar constantemente ‘la misma desolante monotonía, las mismas frases insignificantes, interminables y fría melodía, rígida en la forma y con interminables recitativos secos’, y a este juicio hizo eco también Fétis, que sin embargo reconocía la pureza de estilo y la sapiente habilidad de las situaciones escénicas. Gran estimación por Bernasconi sentía Giovanni Battista Martini, que tuvo con él contactos epistolares.

"Ah non è vano in pianto" de la ópera "Semiramide riconosciuta" - Soprano: Anna Bonitatibus